Sin duda alguna, el acero inoxidable es uno de los elementos de construcción más solicitados en el campo de la construcción, pues sus finos acabados y resistencia han hecho que este se lleve las miradas de los maestros de obra y arquitectos. Ahora es de fácil acceso, pero en la antigüedad no existía.
Ahora bien, ¿de dónde salió este metal? ¿Cómo fue que se hizo tan famoso?
Detrás de la historia del acero inoxidable, hay un sinnúmero de experimentos que se fueron
desarrollando entre los años 1820 y 1912 y muchos investigadores involucrados, donde se
experimentó con ácidos y la variación del cromo para comprobar su resistencia.
Pero fue hasta el año 1912, cuando se le pidió al científico Harry Brearley que desarrollará una alineación para un fabricante de armas, ya que sus cañones estaban presentando corrosión con el tiempo. Así fue cuando en agosto de 1913 Brearley presentó al mundo por primera vez el acero inoxidable, con un gran porcentaje de cromo y carbono. Este nuevo metal era resistente a algunos ácidos químicos y naturales como era el limón y el vinagre y dejó asombrados a muchos de sus seguidores.
Luego, paso del negocio de las armas al negocio de los cuchillos, volviéndose famoso en el mundo de las cocinas de los hogares. Ya todos tendrían acceso al acero y sería sencillo encontrarlo.
Durante décadas se ha usado para construcciones de barcos, navajas de afeitar, exposiciones de arte, armas, utensilios de cocina, etc… Por su gran versatilidad, el acero inoxidable, que adicional tiene hermosos acabados, consta de múltiples usos, que ayudan al ser humano a tener una vida más fácil.
En si hay muchos misterios, enredos y conspiraciones en la historia del acero, pero no queda la menor duda que todos los científicos involucrados en el nacimiento de este metal, fueron unas mentes maestras, pues permitieron que el mundo conociera este importante elemento para nuestras vidas.